La ventana indiscreta.

La ventana indiscreta.

La ventana de la izquierda me llevaba a la dulce vida privada de una pareja. La curiosidad me apremiaba a llegar temprano a casa e inmediatamente me colocaba en un buen lugar de observación. La mujer entraba a eso de las cinco y media, se desnudaba rápidamente y empezaba a realizar los quehaceres para que su hombre encontrara limpias las habitaciones y lista la comida. Era algo gorda; joven, eso sí, y muy dinámica; no se sentaba nunca, parecía una abeja en actividad constante. Cuando llegaba su hombre, ella lo besaba y se quedaban abrazados un momento. Luego él ponía sobre una mesa el periódico que traía bajo el brazo y se tiraba en la cama, lleno de apetitos impostergables, llamando a su mujer con las manos extendidas. Ella lo miraba golosa, vacilando entre ocuparse de la olla que había dejado en la estufa y el placer que le prometía su amado y sin pensarlo mucho corría una delgada cortina y se echaba sobre su hombre. El visillo me nublaba la imagen. A prima noche y con las luces sin encender aún era muy poco lo que podía ver a través del fino velo que la mujer interponía entre ellos y yo. Me complacía el movimiento de aquellos cuerpos en íntima comunicación, aquella alegre fiesta de la carne sudorosa y tensa, adivinada más que efectivamente vista desde mi puesto de mira.

-Ruidos

José Alcántara Almánzar

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Cosas de familia.

Cosas de familia.

«Nacemos solos, vivimos solos, morimos solos. Únicamente a través del amor y la amistad podemos crear la ilusión momentánea de que no estamos solos».
Orson Welles

Expresiva mirada.

Expresiva mirada.

«Catarina, de pie, observaba con malicia al marido, cuya seguridad se había desvanecido para dar campo a un hombre moreno y menudo, forzado a ser hijo de aquella mujercilla grisácea… Fue entonces cuando el deseo de reír se tornó más fuerte. Por suerte, nunca necesitaba reír realmente cuando sentía ganas de hacerlo: sus ojos adquirían una expresión astuta y contenida, se hacían más estrábicos, y la risa salía por los ojos. Le dolía un poco no ser capaz de reír. Pero nada podía hacer al respecto: desde pequeña había reído por los ojos, desde siempre había sido estrábica».

-Lazos de familia

Clarice Lispector.

Malos hábitos.

Malos hábitos.

«—Y bien, tengo que pillarla. Me lo han encargado (¡pobre marido!). Pero sé que se trata de una joven y pícara dama. Estoy convencido de que se escabulle de su casa sin que nadie se percate… Confieso que fue la cocinera quien me dijo que venía aquí. Y yo, enloquecido, salí corriendo hacia este lugar en cuanto tuve la noticia. Quiero pillarla. Llevo tiempo sospechando y por eso quería pedirle… como usted estaba paseando por aquí… usted (usted), yo no sé… . Lo que no quiero es que se me escabulla estando yo solo; no quiero que se me escape. Usted, en cuanto la vea, deténgala y avíseme…»

-La mujer ajena y el marido debajo de la cama

Feodor Dostoievski

Riesgos absolutos.

Riesgos absolutos.

• SERIALES •

OZARK
T.2 E.10

Marty Byrde (Jason Bateman):
—Esto no es sostenible

Wendy Byrde (Laura Linney):
—¿Y escapar sí? ¿Contratar sustitutos? ¿Cambiar de identidad?
¿Y si esto fuera la Costa Dorada que soñamos?

Marty Byrde (Jason Bateman):
—No, no lo es.

Wendy Byrde (Laura Linney):
—Hmm. Solo sabemos lo que fue.
¿Y qué hay de lo que podría ser?
Tú mismo lo dijiste. «Cuando el casino abra, marchará como un reloj». Podrías volver a trabajar solo en tus números. Los niños estudiarían, echaríamos raíces.

Marty Byrde (Jason Bateman):
—Sacrificariamos mucho, carajo, para poder huir.
¿Y la mafia de Kansas City? Wendy, me hice el valiente con ellos porque sabía que huiríamos.

Wendy Byrde (Laura Linney):
—No estamos solos aquí. Tenemos socios muy agradecidos por lo que hicimos.
Siempre es mejor ser quien empuña el arma que quien huye del tirador.

A cambio de qué…

A cambio de qué…

• SERIALES •

EUPHORIA
T.1 E.2

Fezco (Angus Cloud):
—La verdad es que todo tu asunto con la droga me puso mal.

Rue (Zendaya Stoermer):
—Vamos, no te me ablandes.

Fezco (Angus Cloud):
—No, no es eso. Es que me agradas. Te extrañé y, la manera en que comenzó el verano me asustó mucho.

Rue (Zendaya Stoermer):
—A ti y a todos los demás.

Fezco (Angus Cloud):
—En serio Rue. He visto morir a mucha gente. Nadie como tú. No sé qué locura tienes en la cabeza y no sé cómo ayudarte. Pero lo que sí puedo decirte es que la droga no es la respuesta.

Rue (Zendaya Stoermer):
—Recuerdo cuando tenía once años. Fue un par de meses después de que diagnosticaron a mi papá y nos dieron su pronóstico; era bueno, realmente bueno. Era como ochenta-veinte y decidimos celebrar; así que pedimos comida china. Recuerdo que, esa noche, estaba acostada en la cama entre mis padres y de pronto no podía respirar. Fue como si no quedara nada de aire en todo el mundo. Estaba jadeando y entré en pánico. Llamaron a la ambulancia y pensaron que era una reaccion alérgica o una mierda así. Cuando llegué al hospital, me dieron Valium líquido. Sí. Para calmarme. Y cuando me hizo efecto, pensé «es esto». «Esta es la sensación que he buscado durante toda mi vida, desde que tengo memoria˝. Porque, de pronto, el mundo se silenció. Y me sentí a salvo, en mi propia mente. Dos años después, papá había muerto. Los ataques de pánico siguieron. Y yo hallé una forma de vida. ¿Terminará matándome? Puede ser. Demonios… tal vez no, no sé.
¿Seguirás siendo mi proveedor, Fez?

Fez (Angus Cloud):
—No sé, pero juro que estás tremendamente loca hermana. Y estoy demasiado drogado para tener está conversación ahora.

Rue (Zendaya Stoermer):
—Sí, yo también. Yo también, maldita sea.

Minientrada

Espectro o realidad.

• MINIFICCIÓN •

FREDDY

Marco de Mendoza

Freddy y yo llevamos varias horas en la cocina; esto es un desastre. Hoy es su cumpleaños y hemos decidido celebrar preparando un pastel rebosante de damascos que cortamos del árbol de la abuela. La puerta principal se escucha tronar, es mamá que llega. —Seguro va a enfadarse. —Freddy, ¡limpia, limpia ya! La cara de mamá lo dice todo, cuando me encuentra con la cara bañada en harina y gritándole a Freddy adecentar la cocina ya.
Sin decir nada, pero con su cara de pasmo, mamá me toma de la mano, y tierna, me acaricia el rostro blanquecino al tiempo que me premia con un dulce. —Cómelo, te hará bien; yo lo como con gusto mientras miro a mamá que no deja de mirarme enternecida, cariñosa. —¡Qué amargo, dame agua! —le protesto—. Apenas pasan unos minutos y yo siento la cabeza como si recién despertara de una pesada siesta, —Pero mamá, ¿qué es todo este desastre en la cocina? —cariño, ocurre que tú y Freddy han estado… — Pero, ¿quién es Freddy mamá? —le interrumpo—. —Anda, ayúdame. Vamos a limpiar.

Minientrada

Nunca más.

• MINIFICCIÓN •

Estocada final

Marco de Mendoza

Otilia levantó alto su mano, y con fuerza dio una estocada final. Nunca había toreado a un animal así, se caía sin fuerzas, pero no iba a dejarse vencer ante aquella bestia infame y retorcida. Limpió sus lágrimas con dolor; sentía que el cuerpo se le iba resquebrajándo por cada hueso. La respiración agitada y el miedo no se disipaban a pesar de haber terminado ya con aquel suplicio. Luego, tiro el cuchillo sobre el piso ensangrantado y yéndose, se juro que nunca volvería a permitir que otro hombre como aquel, la golpeara una vez más.

Minientrada

Hoy no.

• MINIFICCIÓN •

Auxilio

Marco de Mendoza

Julio caminó lentamente por la barandilla, había decidido terminar con todo. Su vida era el caos inimaginable que siempre quiso evitar. Tomó las navajas de afeitar, eran una especie de seguridad; por si el salto no fuera suficiente. Tasajeo sus brazos y se lanzó.
El salto lo despertó precipitado junto con el despertador que anunciaba el momento de despertar.
—Mañana, seguro mañana sí —se dijo—.

Demonche ronda.

Demonche ronda.

«Avanzaba ya la tarde hacia el crepúsculo cuando llegó Tom Walker hasta lo que quedaba del viejo fuerte indio y decidió descansar un poco para recuperar las fuerzas. Cualquiera hubiera hecho todo lo contrario, intentar salir de allí cuanto antes en vez de tomarse un respiro en un lugar tan solitario y melancólico, pues eran muchas las tristes historias que se contaban en la región acerca de las guerras libradas contra los indios precisamente en aquellos tétricos parajes; se decía que en aquel lugar aún había salvajes que tomaban cautivos a los que osaran adentrarse en el pantano y luego los ofrecían en sacrificio a uno de sus espíritus demoníacos».

-El diablo y Tom Walker

Washington Irving.