Nominar.

Nominar.

• MINIFICCIÓN •

Una madre, gracias a Dios, puede elegir el futuro de sus hijos.

Alfonso Alcalde
La Flaca al ver por primera vez un preservativo asoció la idea a un acuario con pequeños peces.
Su sentido del humor llegaba a tales extremos que se permitía cortarle la punta sin que el galán la sorprendiera de modo que todos sus hijos eligieron la carrera del mar cuando llegó el momento de ganarse la vida por su propia cuenta.
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Arredondo.

Arredondo.

«Un silencio de muerte reinaba en la habitación oscura y fría. No había médico ni consultorio ni carretera. Estaba aquí. ¿Por qué soñé en Estados Unidos? Estoy en el cuarto interior de un edificio. Nadie pasaba ni pasaría nunca. Quizá nadie pasó antes tampoco.
Los cuatro muñones y yo, tendidos en una cama sucia de excremento.
Mi rostro horrible, totalmente distinto al del sueño: las facciones son informes. Lo sé. No puedo tener una cara porque nunca ninguno me reconoció ni lo hará jamas».

Orfandad.

Inés Arredondo.

Soledad: grandeza o desdicha.

Soledad: grandeza o desdicha.

«La soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes».
Arthur Schopenhauer

Alone together
Malcolm Liepke

Despair
Edvard Munch
Studio
Charlotte Sorapure
I’m a child
John George Brown
Fishing under the stars
Joseph Feely

El caminante sobre el mar de nubes
Caspar David Friedrich
Los disturbios del sentimiento.

Los disturbios del sentimiento.

«Y es que la pobre amaba a su marido… ¡Y que no se ría nadie! Lo amaba de forma cobarde y desafortunada, a pesar de que él la engañaba y le maltrataba el corazón a diario como un niño. Sufría de amor por él como una mujer que desprecia su propia debilidad y delicadeza y sabe que el poder de la fuerza y la felicidad es el que tiene la razón en este mundo. Sí, se entregaba a ese amor y a sus sufrimientos igual que antaño, cuando él, en un fugaz arrebato de ternura, la pretendió y ella se entregó a él: con el sediento deseo que una criatura solitaria y soñadora siente por la vida, la pasión y los disturbios del sentimiento…»

-Un instante de felicidad

Thomas Mann

Encierros personales.

Encierros personales.

«Y puesto que no hay nada más solitario que un hombre sin alma, así ocurría que la soledad circundaba a los hombres y les impedía comunicarse. Prueba de ello era lo ocurrido con ellos tres. Individuos desalmados, quizás habrían querido sentirse hermanados y vecinos; y en cambio, debido a la falta de un alma que los uniera, permanecían encerrados en sus individualidades como los antiguos caballeros en sus corazas de hierro. Y se veían reducidos a realizar siempre los mismos gestos, Mostallino a experimentar y a burlarse, él a moralizar, Mónica a lanzarse hambrienta sobre los hombres».

-La soledad

Alberto Moravia

Soledad de engaño

Soledad de engaño

«Pero sus ojos se llenaron de lágrimas. Eran lágrimas de soledad y autosuficiencia. Él se acomodó despacio en la silla, dejando caer las manos. Simplemente no podía entenderlo. No podía entenderla. Se le cruzó por la mente que Rose no tenía intención alguna de casarse con él, pero ese era un pensamiento demasiado monstruoso, y entonces buscó su propio consuelo: Mañana estará bien, es el golpe, eso es todo. Estaba a punto de decir: “Pues bueno, si no hay nada que yo pueda hacer, será mejor que me vaya; vendré a verte mañana”, cuando Rose le preguntó con delicadeza, como si le supusiera un gran esfuerzo prestarle atención:
       —¿Te apetece una taza de té?
       —¡Rose! —gritó desconsolado.
       —¿Qué? —Sonaba infeliz pero obstinada; y no había manera de llegar a ella, estaba fuera de su alcance, tras una barrera de… ¿De qué? George no lo sabía».

-La otra mujer

Doris Lessing

¿Quiénes somos?

¿Quiénes somos?

• SERIALES •

Sex & The City And just like that…
T.1 E.03 A donde fueres

Cheryl:

—No sé, creo que todos estamos confundidos hoy en día, ¿no?
Es él, ella, elle.
¡Por favor, díganme qué casillero marcar!
¿Saben qué creo yo?
Que es mejor la incertidumbre que la certeza ¿no?
Porque cuando tienes certezas, nada puede cambiar. Y todos tenemos algo que cambiar. Y algunos realmente tenemos que cambiar algo, así que cambiémoslo. Hagámoslo. Cambiémoslo. Cambiemos esa mierda.
¿No eres feliz con quién eres? Sal de ese lugar y cámbialo.
Cambia de casa, cambia de trabajo, cambia tu manera de pensar. Cambia tu género. Cámbiate la ropa. (Todo, siempre consciente y sabio).
Por eso, solo quiero decirles a todos los que andan por ahí tan seguros, a todos los que hacen televisión, y a los que escriben para periódicos y revistas y que hacen programas nuevos, y a todos los que quieren que estemos solos y tristes, a esos les digo: «Suck my dick»