Guillermo Roux
Todo lenguaje es un alfabeto cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten.
Jorge Luis Borges

Guillermo Roux

Guillermo Roux

Guillermo Roux
Todo lenguaje es un alfabeto cuyo ejercicio presupone un pasado que los interlocutores comparten.
Jorge Luis Borges
«Yo les he consentido a estos infelices que me alzaran la mano, porque lo que estoy buscando es un hombre. Andan por ahí unos bolaceros diciendo que en estos andurriales hay uno que tiene mentas de cuchillero , y de malo , y que le dicen el Pegador. Quiero encontrarlo pa que me enseñe a mi, que soy naides, lo que es un hombre de coraje y de vista».
El hombre de la esquina rosada.
Jorge Luis Borges.
«No puedo caminar por los arrabales en la soledad de la noche, sin pensar que ésta nos agracia porque suprime los ociosos detalles, como el recuerdo; no puedo lamentar la perdición de un amor o de una amistad sin meditar que sólo se pierde lo que realmente no se ha tenido».
Nueva refutación del tiempo.
Jorge Luis Borges.
«No hay en la tierra un ser humano capaz de declarar quién es, con certidumbre. Nadie sabe qué ha venido a hacer a este mundo, a qué corresponden sus actos, sus sentimientos, sus ideas, ni cuál es su nombre verdadero, su imperecedero Nombre en el registro de la Luz…».
El espejo de los enigmas.
Jorge Luis Borges.
• MINIFICCIÓN •
¡Arriad el foque!, ordena el capitán. ¡Arriad el foque!, repite el segundo. ¡Orzad a estribor!, grita el capitán. ¡Orzad a estribor!, repite el segundo. ¡Cuidado con el bauprés!, grita el capitán. ¡El bauprés!, repite el segundo. ¡Abatid el palo de mesana!, grita el capitán. ¡El palo de mesana!, repite el segundo. Entre tanto, la tormenta arrecia y los marineros corremos de un lado a otro de la cubierta, desconcertados. Si no encontramos pronto un diccionario, nos vamos a pique sin remedio.
«Mi madre procedió a odiarla casi de inmediato. Odió su belleza diferente y salvaje, la aristocracia no comprada de sus gestos y, lo supe con los años, la odió especialmente por ser quien era. Mónica era la consecuencia real de una abstracción cometida por mi padre tiempo atrás con una mujer de provincias».
El único privilegiado.
Rodrigo Fresán.
«Y hay veces en que el mundo resulta mucho más fácil de ser asimilado; cuando contemplamos nuestra vida en tercera persona, desde arriba, desde el más afuera de los lados posibles».
El lado de afuera.
Rodrigo Fresán.
«En su lecho de muerte llamó a uno de sus personajes, un doctor ficticio, para que lo curara».
Sin título.
Rodrigo Fresán.