Un diablo del guiñol.

Un diablo del guiñol.

«Preguntó: «¿Ha visto usted ya al diablo?» La señora Bontemps murmuró: «No.» Entonces la cuidadora se puso a charlar, a contarle historias que aterrorizaran su débil alma de moribunda. Según ella, unos minutos antes de expirar, el diablo se le aparecía a todos los agonizantes. Tenía una escoba en la mano, una marmita en la cabeza y lanzaba grandes gritos. Cuando uno lo ve, todo se ha acabado, y sólo se vive unos cuantos instantes más. Y enumeraba a todos a los que el diablo se le había aparecido delante de ella, en ese año: Joséphin Loisel, Eulalie Ratier, Sophie Padagnau, Séraphine Grospied. La señora Bontemps, por fin emocionada, se agitaba, removía las manos e intentaba girar la cabeza para mirar al fondo de la habitación».

El diablo,
Guy de Maupassant.

Cosa de un afán.

Cosa de un afán.

«Se dio cuenta con gran tristeza y desencanto que aquel hermoso juego de liberación la había cansado y que no quería saber ya ni de la boda, ni de José Juan, ni de nada. Empezó a sentir disgusto cuando oía que llegaba, lo cual hacía varias veces durante el día, con el pretexto de consultarle alguna cosa. Comenzó a chocarle su voz, el leve beso que le daba al despedirse por las noches, los labios fríos y húmedos, su conversación: «la casa, las cortinas, las alfombras, la casa, los muebles, las cortinas…» Ella no podía más, ya no le importaba salvarse o padecer toda la vida. Sólo quería descansar de aquella tremenda fatiga, de ir todo el día de un lado a otro, de hablar con cien gentes, de opinar, de escoger cosas, de oír la voz de José Juan… Quería quedarse en su cuarto sola, sin ver a nadie, ni siquiera a su madre y a Clara, estar sola, cerrar los ojos, olvidar todo, no oír ni una palabra, nada, “la casa, los muebles, las alfombras, la ropa blanca, las cortinas, la casa, la modista, la vajilla…”».

-𝐋𝐚 𝐜𝐞𝐥𝐝𝐚
𝐀𝐦𝐩𝐚𝐫𝐨 𝐃𝐚́𝐯𝐢𝐥𝐚

Ambición maltrecha.

Ambición maltrecha.

«Terminado el yantar y recogida la vajilla, nos reunimos como solemos hacerlo en la choza de Marcelino Peje, perrero catedralicio: el Cojo, el negro Sebastián Milagros y este indigno servidor de vuesa merced. Comentamos, como era justo, lo que habíamos escuchado contra nuestra voluntad en el Fuerte, y resolvimos de común acuerdo, validos de la circunstancia de haber tratado yo pasajeramente a vuestra merced veinte años, enviarle la carta que estoy dictando y que el Cojo adereza con donaire más sutil.
Tiene ella por objeto comunicar a vuestra merced, Señor Ayuda de Cámara, una fórmula que en casos graves aplica Sebastián Milagros y cuyas virtudes han sido hasta hoy infalibles. Consiste en una cocción de palma, romero y olivo tostados en una vasija de arcilla, con los cuales se sahumará la alcoba del embrujado, asperjando también los rincones con agua sacra. Quien realice el exorcismo deberá revestir una capa y aletear con ella, a manera de quien espanta, en dirección a la puerta. En ésta se habrá enterrado previamente un cuí negro, clavado con alfileres. Acaso vuestra merced ignore que el cuí o cuy es un conejillo de tierras cálidas».

-𝐄𝐥 𝐞𝐦𝐛𝐫𝐮𝐣𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐲

𝐌𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐣𝐢𝐜𝐚 𝐋𝐚𝐢𝐧𝐞𝐳

Trasvasar el alma.

Trasvasar el alma.

«Tenía entre los brazos el cadáver de mi hermana Asunción, mi hermana Asunción como había sido cuando su belleza me detenía en mitad de los juegos para sonreírle; mi hermana Asunción con sus ojos oscuros, sus manos blancas, sus labios finos que mojaron mis lágrimas.
A Bernarda nadie la vio más. En su cuarto, en el cuarto de Asunción descubrí que la imagen de la Virgen María había sido atravesada con siete alfileres. Debajo de la almohada, en el lecho, encontré unas hojas de aruera, el árbol de las brujas del litoral.
Meses más tarde, le pedí a mi tía que me regalara la alfombra azul. Quizás pensó que desearía guardarla, en memoria de la que había muerto allí. Encendí una gran hoguera en el patio de la casa. Largos años me persiguió el recuerdo de la forma encrespada, cuando se erguía y retorcían los flecos en medio de las llamas crepitantes, rugiendo como un animal de presa que se quema vivo».

-𝐋𝐚 𝐡𝐞𝐜𝐡𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚

𝐌𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐣𝐢𝐜𝐚 𝐋𝐚𝐢𝐧𝐞𝐳

Escorpiones I

Escorpiones I

«Entre convulsiones, Oigres se levantó. Ya no parecía el mismo, sus ojos se habían enrojecido y su piel palidecía en tonos grisáceos. Jadeaba. Su cuerpo se había transformado para siempre y ya no dominaba su mente. Una enorme cola de alacrán le surgió de la espalda y para cuando el Rey Dios quiso reaccionar, el aguijón le había atravesado el peto de la armadura y el veneno circulaba por todo su cuerpo. El cuerpo y la armadura se desplomaron soltando a la mujer.

—Soy la reina de los escorpiones —le susurró acercándose a su oído—. Tú destruiste mi pueblo, destruiste una raza, y yo he creado una nueva para ti —fueron las últimas palabras de venganza que oyó antes de morir».

La reina de los escorpiones,
Sergio García.

Selkis.

Selkis.

• PLUMA INVITADA •

🖊

A veces se la identifica con Seshat o con Isis. Originaria del Delta, también recibió culto en el Alto Egipto, en Edfú y Per Serket (el-Dakka).

La Diosa Escorpión.

Diosa antigua de los escorpiones y la magia. Simbolizaba el calor abrasador del sol. Su papel era fundamentalmente benéfico ya que protegía de las picaduras venenosas de escorpiones y serpientes. Se la llamaba «La que facilita la respiración en la garganta», ya que la picadura de este animal produce ahogo; también se la relacionaba con la que posibilita la respiración del recién nacido y del difunto en su renacimiento. En los textos funerarios es la madre del difunto, al que amamanta.

Sus sacerdotes eran verdaderos médicos y magos, dedicados a la curación de picaduras de animales venenosos. Era la protectora del vaso canopo que representaba a Kebehsenuf, y del sarcófago del faraón, juntamente con Isis, Neftis y Neith, llamadas las «cuatro plañideras divinas» y representadas como cuatro escorpiones. Se preocupaba de que la serpiente Apofis no saliera del inframundo. También era diosa de la unión conyugal.

Es hija de Ra, aunque algunas leyendas locales de Edfú la presentan como madre de Horajti, o como esposa de Horus. En los Textos de las Pirámides tiene como hijo a Nehebkau Se la representa con cabeza femenina y cuerpo de escorpión; sobre la cabeza llevaba unos cuernos con el sol; o también como mujer con un escorpión en la cabeza. En la Dinastía XXI puede aparecer con cabeza de leona, cuya nuca es protegida por un cocodrilo. Su fiesta se celebraba el día 7 del mes de Joiak.

Rosa Thode.

Flores nacidas en mi tumba.

Flores nacidas en mi tumba.

• SERIALES •

Grey’s Anatomy

Meredith Grey (Ellen Pompeo):

–Mi padre fue profesor de inglés.

Daniel (Carkesl Beu):

–¿De verdad? ¿Dónde?

Meredith Grey (Ellen Pompeo):

–¿Tienes relación con tu padre?

Daniel (Carkesl Beu):

–Bueno…

Meredith Grey (Ellen Pompeo):

–¿Por qué la gente que nos engendró se lleva todo el crédito?

Daniel (Carkesl Beu):

–Yo…

Meredith Grey (Ellen Pompeo):

–¿Sólo porque lograron la más básica función biológica humana, hay una fiesta que lleva su nombre? Y nos tortura la culpa si no queremos tener relación con ellos. No fue un buen padre, ¿qué le debo? ¿Por qué el hijo siempre tiene que perdonar? «Porque es tu padre, porque es tu madre». ¿Sabes qué? Ya estoy harta de sentirme mal por no sentirme mal. Es triste que alguien muera y le deseo mucha paz, pero no pasaré ni haré pasar a mis hijos por otra muerte sólo para hacerlo sentir mejor.

Tentaciones de pecado.

Tentaciones de pecado.

«—Vamos a ver. Es Macacha. La del zanjón. Se le murió el tripón. La castigó Dios.
—Ave María Purísima —decía una mujer encendiendo una vela y corriendo hacia el grupo.
—¡Ay mi hijo! Yo sabía que me iba a pasar. Si yo cuando pasaba por la casa de esos protestantes les hacía la cruz como al diablo. Si yo nunca me quise acercar. Yo sabía que otros iban. ¡Pero yo no! ¿Que por qué no te asomás a ver nada más Macacha? San Miguel Arcángel me ampare. Yo ¿cuánto? ¿Que por qué no entras un saltico, que lo que hacen es cantar unas canciones y te dan un real? Pero yo nunca. Pero de la tentación del diablo y cuando regresaba al mediodía para la casa voy y me meto.
Era la misma historia repetida a la puerta de cada rancho, pero todos los que la volvían a oír abrían grandes ojos de asombro, se persignaban y apretaban las manos sudorosas.
—Dios nos ampare y nos favorezca».

-Los herejes

Arturo Uslar Pietri

La existencia de un dios amoroso (?).

La existencia de un dios amoroso (?).

• SERIALES •

MISA DE MEDIANOCHE
M1:E4 Libro IV: LAMENTACIONES

Erin Green (Kate Siegel)

—Estoy pensando que debes creer que soy tonta.

Riley Flynn (Zach Gilford)

—No

Erin Green (Kate Siegel)

—Rezaste conmigo todo el día. Y te amo por eso. Pero tú no crees en nada de eso.

Riley Flynn (Zach Gilford)

—Lo entiendo. Entiendo porqué es llamativo, el consuelo. Todo pasa por algo. Hay algo bueno en todo. Qué hay un plan. Es… no sé. Supongo que solo viví un momento de completa sorpresa que reta la existencia de un dios amoroso.

Erin Green (Kate Siegel)

—¿Así que tú crees que estoy Loca?

Riley Flynn (Zach Gilford)

—No

Erin Green (Kate Siegel)

—¿Qué soy ingenua?

Riley Flynn (Zach Gilford)

—No. Creo que todos queremos con tantas ganas qué haya una razón. Para todos. Y justicia, y consuelo cuando morimos.

Erin Green (Kate Siegel)

—Sí, de ahí viene la religión. Esa es la pregunta.

¿Qué pasa cuando morimos?

Riley Flynn (Zach Gilford)

—¿Qué demonios pasa?

Erin Green (Kate Siegel)

—¿Y qué crees?, ¿Qué pasa cuando morimos, Riley?

Riley Flynn (Zach Gilford)

—No lo sé. Y no confío en nadie que nos diga que lo sabe, pero solo puedo hablar por mí mismo, supongo.

Erin Green (Kate Siegel)

—Habla por ti mismo. ¿Qué pasa cuando mueres?

Riley Flynn (Zach Gilford)

—Cuando muera mi cuerpo dejará de funcionar. Se apagará. De pronto o gradualmente. Mi respiración se detiene, mi corazón deja de latir. Muerte clínica. Y un poco después, como cinco minutos después, las neuronas empezarán a morir. Mientras tanto, en medio de eso, tal vez mi cerebro libera una carga de DMT. Es la droga psicodélica liberada cuando soñamos, así que sueño. Sueño en grande, más que nunca, porque es lo que queda. Todos los restos de DMT de una vez y mis neuronas se dispararán y veo fuegos artificiales de memorias e imaginación y estoy… como drogado. De verdad drogado porque mi mente está buscando en las memorias. Largo y corto plazo, y los sueños se mezclan con las memorias y se cierra el telón. La ovación final. El sueño que termina todos los sueños. Un último gran sueño mientras mi mente dispara el último jodido misil, y luego… Me detengo.

[…]