Las caras del diablo.

Las caras del diablo.

«Lo llamaron Mandinga por el diablo. Al diablo lo había visto muchas veces, de muchas formas. Cuando iba a visitar a su tío el cura y no había gente en la iglesia. La sacristía parecía más grande y más penumbrosa. Se detenía frente a las imágenes de bulto de las Vírgenes y de los Santos. En la escasa luz veía aparecer y borrarse las figuraciones de los cuadros oscuros. Había animales también en aquellas imágenes. Un perro que acompañaba a San Roque, un pescado grande y azuloso que tenía Tobías en la mano. Y aquella culebra oscura que pisaba la Virgen con su pie descalzo. Su tío se las explicaba. La culebra era el diablo. Y también lo era aquel animal tan raro, con cuerpo de lagarto, larga cola de toro y cabeza de perro, que San Miguel hería con su lanza».

-El milagro

Arturo Uslar Pietri

Anuncio publicitario
Sabbat.

Sabbat.

• CITA CON EL SÉPTIMO ARTE •

AKELARRE

Pablo Agüero
( 2020)

🎞 📽

Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)

—Atroz

Le conseiller (Daniel Fanego)

—¿Cuántas más muertes serán necesarias, señor?

Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)

—¿Y qué podemos hacer contra tal determinación?

Lucifer les sella los labios con tanta fuerza que podríamos despedazarlas lentamente y seguirían sin revelarnos los secretos del Sabbat

Le conseiller (Daniel Fanego)

—¿Y si el Sabbat no existiese?, ¿si solo fuese un sueño?

Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)

—Sí solo fuese un sueño, ¿Cómo tantas mujeres podrían tener el mismo sueño?

[…]

Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)

—No hay nada mas peligroso que una mujer que baila, pero las danzas más macabras, las más obscenas, son aquellas que se celebran en los bosques, porque son secretas, porque solo Lucifer y sus sirvientes las conocen, porque solo ellos han celebrado los ritos del Sabbat.

Si no las detenemos a tiempo, esas brujas perversas van a invertir el orden del universo.

Eso que creemos.

Eso que creemos.

«Era necesario preguntarse qué remediaba uno con esto. Imposible decir a sus discípulos quién era Rosales. Nadie me hubiera creído. Además, su delito —el del robo, al menos—, no podía demostrarse. El único documento que entregaba a cambio del dinero ajeno, era su confianza, y ésta no servía como testimonio. Si yo decidía finalmente eliminarlo, lo rodearían de un prestigio de mártir. Por otra parte, él ya no estaría para destruirles la fe con su realidad inmunda, con ese golpe brutal y revelador que podía convertirlos repentinamente de cruzados del bien en miserias humanas».

-Como un ladrón

Mario Benedetti.

Oscuro fanatismo.

Oscuro fanatismo.

«Entonces recordé, mientras mamá iniciaba las oraciones, que hace algunos años el padre Maldonado había dicho que por la noche iba a comenzar una oscuridad de varios días y que lo único que se debía comprar eran muchas velas y cirios benditos, que sería lo único que daría luz, “no valdrán de nada los bombillos ni luz alguna que venga de la mano del hombre”, Recordé que yo también me había escondido en las faldas de mamá, llorando todo el día. Los hermanos menores —que eran cuatro— lloraban conmigo. “¡Cállense, mocosos, que nada les va a pasar!”, dijo entonces papá. Pero no podíamos entender nada: solo sabíamos que en la noche algo muy terrible pasaría y nos imaginábamos, bueno, por lo menos yo me imaginaba en la oscuridad, oyendo voces de fantasmas, sintiendo manos que me agarraban, lejos de papá, mamá y de todo el mundo, un fantasma encerrado en un cuarto o en el cielo raso».

-El eclipse

Óscar Collazos.