«Se necesita darle sangre al diablo para que nos haga caso».
–Veneno para las hadas







«Se necesita darle sangre al diablo para que nos haga caso».
–Veneno para las hadas








«Terminado el yantar y recogida la vajilla, nos reunimos como solemos hacerlo en la choza de Marcelino Peje, perrero catedralicio: el Cojo, el negro Sebastián Milagros y este indigno servidor de vuesa merced. Comentamos, como era justo, lo que habíamos escuchado contra nuestra voluntad en el Fuerte, y resolvimos de común acuerdo, validos de la circunstancia de haber tratado yo pasajeramente a vuestra merced veinte años, enviarle la carta que estoy dictando y que el Cojo adereza con donaire más sutil.
Tiene ella por objeto comunicar a vuestra merced, Señor Ayuda de Cámara, una fórmula que en casos graves aplica Sebastián Milagros y cuyas virtudes han sido hasta hoy infalibles. Consiste en una cocción de palma, romero y olivo tostados en una vasija de arcilla, con los cuales se sahumará la alcoba del embrujado, asperjando también los rincones con agua sacra. Quien realice el exorcismo deberá revestir una capa y aletear con ella, a manera de quien espanta, en dirección a la puerta. En ésta se habrá enterrado previamente un cuí negro, clavado con alfileres. Acaso vuestra merced ignore que el cuí o cuy es un conejillo de tierras cálidas».
-𝐄𝐥 𝐞𝐦𝐛𝐫𝐮𝐣𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐲
𝐌𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐣𝐢𝐜𝐚 𝐋𝐚𝐢𝐧𝐞𝐳

«Tenía entre los brazos el cadáver de mi hermana Asunción, mi hermana Asunción como había sido cuando su belleza me detenía en mitad de los juegos para sonreírle; mi hermana Asunción con sus ojos oscuros, sus manos blancas, sus labios finos que mojaron mis lágrimas.
A Bernarda nadie la vio más. En su cuarto, en el cuarto de Asunción descubrí que la imagen de la Virgen María había sido atravesada con siete alfileres. Debajo de la almohada, en el lecho, encontré unas hojas de aruera, el árbol de las brujas del litoral.
Meses más tarde, le pedí a mi tía que me regalara la alfombra azul. Quizás pensó que desearía guardarla, en memoria de la que había muerto allí. Encendí una gran hoguera en el patio de la casa. Largos años me persiguió el recuerdo de la forma encrespada, cuando se erguía y retorcían los flecos en medio de las llamas crepitantes, rugiendo como un animal de presa que se quema vivo».
-𝐋𝐚 𝐡𝐞𝐜𝐡𝐢𝐳𝐚𝐝𝐚
𝐌𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐣𝐢𝐜𝐚 𝐋𝐚𝐢𝐧𝐞𝐳

«A la madrugada, arrastró a la niña a la cueva y se burló de su horror, de su desconsuelo. Después, aprovechando que había quedado como inerte, de tan desesperada, la hizo suya sobre el lecho de hojas de eucalipto. Bebió sus lágrimas amargas, la devoró de besos, usó de los pobres artificios que conocía, para provocar el canturreo gutural que trastornaba sus sentidos y recobrar a la mujer exhausta que ayer, ayer no más, rodaba sobre esa tierra fría en brazos del monstruo. Ella se dejaba hacer, ausente. Nada sentía, sino el asco de una respiración jadeante y de un sudor que le empapaba las mejillas. Su mano tanteaba en la sombra, buscando la mano quebrada de su amante muerta».
-𝐑𝐢𝐯𝐚𝐥
𝐌𝐚𝐧𝐮𝐞𝐥 𝐌𝐮𝐣𝐢𝐜𝐚 𝐋𝐚𝐢𝐧𝐞𝐳
• CITA CON EL SÉPTIMO ARTE •
AKELARRE
Pablo Agüero
( 2020)
🎞 📽
Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)
—Atroz
Le conseiller (Daniel Fanego)
—¿Cuántas más muertes serán necesarias, señor?
Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)
—¿Y qué podemos hacer contra tal determinación?
Lucifer les sella los labios con tanta fuerza que podríamos despedazarlas lentamente y seguirían sin revelarnos los secretos del Sabbat
Le conseiller (Daniel Fanego)
—¿Y si el Sabbat no existiese?, ¿si solo fuese un sueño?
Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)
—Sí solo fuese un sueño, ¿Cómo tantas mujeres podrían tener el mismo sueño?
[…]
Pierre de Lancre (Alex Brendemühl)
—No hay nada mas peligroso que una mujer que baila, pero las danzas más macabras, las más obscenas, son aquellas que se celebran en los bosques, porque son secretas, porque solo Lucifer y sus sirvientes las conocen, porque solo ellos han celebrado los ritos del Sabbat.
Si no las detenemos a tiempo, esas brujas perversas van a invertir el orden del universo.