«Un hombre sólo puede ser él mismo mientras está solo; si no ama su soledad, el no amará su libertad, porque únicamente cuando está solo, es realmente libre».
Arthur Schopenhauer






«Un hombre sólo puede ser él mismo mientras está solo; si no ama su soledad, el no amará su libertad, porque únicamente cuando está solo, es realmente libre».
Arthur Schopenhauer
«No aceptes la cordura, es una trampa terrible y un veneno traidor que consume lento. En cambio, llénate de locura, que es bendita y que es belleza».
Marco de Mendoza
• MINIFICCIÓN •
Se nos dijo que más allá, en el seno de las montañas, en un lugar conocido como Valle de Svanetia, residía una tribu, descendiente de una hueste de cruzados extraviados, que aún usaban corazas y armas con inscripciones en latín. Aquella gente hablaba una lengua que no comprendía nadie más que ellos, y practicaba una religión mixta de paganismo, cristianismo e islamismo.
«Es bello lo que procede de una necesidad interna del alma».
Vassily Kandinsky.
Tea Party – Alice un Wonderland
Natalie Pudalov
Red Riding Hood
Natalie Pudalov
Thumbelina
Natalie Pudalov
Walking
Natalie Pudalov
Forest
Natalie Pudalov
«Y Filipp tuvo un sueño. Vio cómo todo había cambiado: la tierra era la misma, las casas las mismas, el portón el mismo y, sin embargo, la gente completamente distinta. ¡Todos eran muy sabios! No había ningún tonto, y por las calles andaban franceses y más franceses. Hasta el propio acudir reflexionaba de este modo: “Debo confesar que no me siento nada satisfecho del clima. Voy a consultar el termómetro”. Mientras esto decía sostenía un grueso libro entre las manos».
Un portero inteligente, Antón Chéjov.
«Era una belleza de mariposa a la cual tan bien le queda el vals, el revoloteo por el jardín, la risa, la alegría, y la que no concuerda con una idea seria, ni con la tristeza, ni con la paz; y bastaría, al parecer, que un fuerte viento corriera por el andén o que cayera una lluvia para que el frágil cuerpo se marchitara de golpe y su caprichosa belleza se expulsara como el polvillo de las flores».
Las bellas, Antón Chéjov.
«Todos, a excepción de Sonia y Aliocha, cantan los números por turno. Cómodo éstos se repiten con frecuencia, los hay que llevan apodos: así, el siete se nombra ‘el gancho’; el once, ‘los patitos’; el noventa, ‘el abuelo’, etcétera. El juego sigue con viveza.
—¡El treinta y dos! —exclama Gricha, metiendo la mano en el sombrero de su padre, donde están los pequeños cilindros amarillos—. ¡Dieciocho!… ¡El gancho! ¡El veintiocho!».
Entre chiquillos, Antón Chéjov.
AFORISMOS
«El hombre vulgar espera lo bueno y lo malo del exterior, el hombre que piensa lo espera de sí mismo».
Antón Chéjov
«Le serví la sopa y vi que probablemente llevaba tres días sin probar bocado, ¡tal era su apetito! Lo que significa que el hambre fue lo que le hizo retornar de nuevo a mí. ¡Cómo me alegré de verle! «Espera», pensé, «en una carrera voy a por algo de beber. Le traeré algo para que se sienta feliz, y nos olvidemos de todo. ¡No te guardo ningún rencor, Iemeliánushka!». Le traje una botella de vino».
-El ladrón honrado.
Feodor Dostoievski
«Tú les prometiste el pan del cielo. ¿Crees que puede ofrecerse ese pan, en vez del de la tierra, siendo la raza humana lo vil, lo incorregiblemente vil que es? Con tu pan del cielo podrás atraer y seducir a miles de almas, a docenas de miles, pero ¿y los millones y las decenas de millones no bastante fuertes para preferir el pan del cielo al pan de la tierra? ¿Acaso eres tan sólo el Dios de los grandes? Los demás, esos granos de arena del mar; los demás, que son débiles, pero que te aman, ¿no son a tus ojos sino viles instrumentos en manos de los grandes?… Nosotros amamos a esos pobres seres, que acabarán, a pesar de su condición viciosa y rebelde, por dejarse dominar».
-El inquisidor
Feodor Dostoievski.