Bésame la boca.

Bésame la boca.

«Winner le quita la blusa a Clotilde. Después la agarra del cuello y la tumba en la cama. Le aprieta los huesos del omóplato y del tórax, donde se apoyan unos senos pequeños y empinados; palpa las costillas conspicuas. El cuerpo de Clotilde a veces recuerda el de un lagarto, si un lagarto tuviera la piel tan fina.
—Levanta la cabeza —dice Winner después de desnudar a Clotilde. Con la lengua siente los músculos abdominales de la mujer, tensos debajo de la piel. Recorre con la mano la musculatura ondulada de ese vientre que le parece, excitantemente, una tabla de lavar ropa.
—Bésame la boca —dice ella.
—Muéstrame tu lengua».

-Romance negro 

Rubem Fonseca

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Virgen loca.

Virgen loca.

«Apreciado Dr. Nathanael Lessa: Tengo veinticinco años, soy mecanógrafa y virgen. Encontré a ese muchacho que dice que me ama mucho. Trabaja en el Ministerio de Transporte y dice que se quiere casar conmigo, pero que primero quiere experimentar. ¿Qué te parece? Virgen Loca. Parada de Lucas.

Respuesta: Escucha esto, Virgen Loca, pregúntale al tipo qué va a hacer si no le gusta la experiencia. Si dice que te abandona, dáselo, porque es un hombre sincero. No eres grosella ni caldo de jiló para que te prueben, pero hombres sinceros hay pocos, vale la pena intentar. Fe y adelante, con pie firme».

-Corazones solitarios

Rubem Fonseca.

Caldera.

Caldera.

• DESCANSAMOS LOS MARTES •

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Soy

Soy de ti un pájaro herido; blando y tierno, casi nulo. Un hermoso vilo que desprende miel y suave tacto. 

Soy arena que rueda entre tus olas, desequilibrio mágico que procura tus encantos. 

Soy un tierno beso que fulmina hastío y que tiembla si respira. 

Soy un acto de fe que reza cada día al sueño entre tus pliegues. 

Soy la leña de tu hoguera, paciente ardor que quema mis entrañas. 

Soy la terquedad de aquellos días donde el viento sopló frío y mi cuerpo lo batió en ceniza breve. 

Soy la caldera y tú la chispa. Hazme fuego, hazme amor… hazme el amor y vuelve a mí como esa llama que no cesa, como llamarada, como un incendio que me aclama, ven y quema junto a mí tus anheladas ganas, tu pasión perversa. Ven, consúmeme completo, que de eso, vivo eterno. 

Marco de Mendoza

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Sobre aguas de calzón.

Sobre aguas de calzón.

• MINIFICCIÓN •

Por aguacate.

Guillermo Castillo

Melitón Palacios, hombre de sanas costumbres, de hablar parsimonioso, trabajador de sol a sol, católico, apostólico y romano a toda prueba anunció que se casaría.
Las habladurías no se hicieron esperar; se habló de la gran suerte de Herlinda Arroyo, gracias al agua de calzones que durante días le dio a tomar al bueno de Melitón.
Se casaron en Santa Bárbara. En el pueblo todos se reían. El negro lucía vestido entero; ella, largo velo semitransparente de tul organza capaz de disimular las cicatrices que crecieron sobre sus viejas heridas. Hubo parranda, cerveza Pilsen, tamales, rellenas y un regalo especial en tomates y aguacates que, en letra de molde, decía:
¡Tómalo por aguacate!


RECOMENDACIÓN DEL BLOG


El saber de los espíritus del mal.

El saber de los espíritus del mal.

«—¡El demonio! —chilló la vieja beata.
—¿De modo que la tía Cloyse reconoce a su viejo amigo? —inquirió el viajero, poniéndosele enfrente y apoyándose en el palo retorcido.
—¡Ah, cómo no! ¿Pero efectivamente se trata de su señoría? —exclamó la buena mujer—. Sí, claro, y a imagen y semejanza de mi viejo compinche Goodman Brown, el abuelo del tonto que ahora lleva el nombre. Pero, ¿lo creería su señoría?, mi escoba desapareció como por ensalmo, sospecho que robada por esa bruja sin colgar de la tía Cory, y eso cuando además yo andaba toda ungida de jugo de cañarejo, y de cincoenrama, y de acónito…
—Majado todo con trigo menudo y con la grasa de un recién nacido —dijo la aparición del viejo Goodman Brown».

El joven Goodman Brown, Nathaniel Hawthorne.

Sobre males sin nombre.

Sobre males sin nombre.

«—Necesita un remedio para la melancolía —dijo la mujer débilmente—. ¡Hay en esta casa tierra de momias para hacer una pócima? Las mejores momias son las egipcias, árabes, hirasfatas, libias, todas muy útiles para los trastornos magnéticos. Pregunten por mí, la Gitana, en Flodden Road. Vendo piedra perejil, incienso macho…
—Flodden Road, piedra perejil… ¡más despacio, mujer!
—Opobálsamo, valeriana póntica…
—¡Aguarda, mujer! ¡Opobálsamo, sí! ¡Que no se vaya, Jaime!
Pero la mujer se escabulló, nombrando medicamentos».

Remedio para melancólicos, Ray Bradbury.

Palabras que se desprenden I.

Palabras que se desprenden I.

• DESCANSAMOS LOS MARTES •

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Pócima

Existen palabras tan generosas que no les molesta desprenderse de algunos de sus fonemas, para así evolucionar; es el caso de pócima, que es la aféresis de apócima, procedente del latín apozema, a su vez préstamo del griego antiguo, compuesto de ἀπό, ‘lejos de’ y ζέμα, ‘cocción’. Así, en la actualidad llamamos pócima a aquel cocimiento de materias vegetales que puede fungir como medicamento.

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«—¿Cómo podré matarle? —respondió Makamuk—. Su medicina me impedirá hacerlo.
Subienkow no perdió mucho tiempo mientras reunía los ingredientes para su pócima. Seleccionó todo lo que le vino a las manos: agujas de abeto, cortezas de sauce, un trozo de corteza de abedul y unas bayas que hizo extraer de la tierra a los cazadores después de limpiar el terreno de nieve. Recogió por último unas cuantas raíces heladas y regresó al campamento».

El burlado, Jack London.

Alfredo Beltrán León.

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RECOMENDACIÓN DEL BLOG


Receta para atrapar a cualquiera.

Receta para atrapar a cualquiera.

• CITA CON EL SÉPTIMO ARTE •

El siete machos

Miguel M. Delgado
1951

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—Este bebedizo vuelve tierno al más indiferente: Gordolobo, hierba del pollo, huesitos de tlacoache, uña de gato prieto, epazote, toloache y polvos de la Madre Celestina. Hierves todo, lo mezclas con tequila, y sea quien sea, te guardará amor eterno…
—¡Juega! ¿Cuántas copas le pongo?
—Nomás una, si le dieras más, no lo aguantarías.
—¡Ah chirrión! ¡Ay Soledad, hasta que vas a ser una Soledad muy bien acompañada! Hasta que se me hizo.

Soledad
Delia Magaña
Hierbera
Enriqueta Reza

No todo lo que brilla es oro.

No todo lo que brilla es oro.

• MINIFICCIÓN •

EXANTEMA DE REALIDAD

Marco de Mendoza

Fue un duro golpe para Sandro darse cuenta que aquel mundo dorado al que aspiraba no alcanzaba ni al cobre. Se le pusieron verdes los sueños y un doloroso salpullido le entró al corazón cuando se dio cuenta que la realidad apesta.


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