Tú, la misma de ayer…¹

Tú, la misma de ayer…¹

«A los hombres las canas les sientan mejor que a nosotras, les dan un toque de distinción. A una mujer canosa ni quién la voltee a ver por la calle, en cambio tú eres uno de esos viejitos guapos que todavía pueden arrancarles suspiros a las señoras».

La incondicional.

Enrique Serna.


¹ La incondicional, Luis Miguel.

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¿Quién entiende a las mujeres?

• SERIALES •

El mundo oculto de Sabrina

Adam Masters (Alexis Denisof):

No tenemos que discutirlo, pero creí que querías que nos casáramos…

Mary Wardwell / Lilith (Michelle Gomez):

En algún momento fue así, pero estuviste mucho tiempo lejos, y… Cambié mucho. Ya no soy la misma mujer. ¿Y alguna vez te pusiste a pensar qué es el matrimonio realmente?

Adam Masters (Alexis Denisof):

Dos personas que se declaran su amor, para que todos los celebren. Es una bendición.

Mary Wardwell / Lilith (Michelle Gomez):

Para los hombres, tal vez. Pero si realmente fuera una bendición, un estado deseable, ¿habría necesidad de decorarlo con encaje y seda? ¿Cubrir el camino de la novia con pétalos de rosa? No, lo hacemos por qué el matrimonio conduce a la destrucción de la mujer. No es más que la eliminación por completo de la esencia de una mujer. Le quita todo. Su cuerpo, su libertad. Incluso su alma. Y no le entrega nada a cambio. Nada que ella quiera al menos. Eso es lo que opino sobre el matrimonio. Así que resulta imposible para mí imaginar un escenario en el que estemos casados, Adam. Lo siento.

Vástagos lumen.

Vástagos lumen.

«Las familias numerosas pueden satisfacer todas sus demandas de electricidad instalando un Baby H.P. en cada uno de sus vástagos, y hasta realizar un pequeño y lucrativo negocio, trasmitiendo a los vecinos un poco de la energía sobrante. En los grandes edificios de departamentos pueden suplirse satisfactoriamente las fallas del servicio público, enlazando todos los depósitos familiares.
El Baby H.P. no causa ningún trastorno físico ni psíquico en los niños, porque no cohíbe ni trastorna sus movimientos. Por el contrario, algunos médicos opinan que contribuye al desarrollo armonioso de su cuerpo».

-Baby H.P.

Juan José Arreola.

Alumbramiento críptico.

Alumbramiento críptico.

«Como era de esperarse, los psicoanalistas son los únicos hombres de ciencia que han abierto la boca: atribuyen el fenómeno a una especie de histeria colectiva y piensan que son las mujeres y no los niños quienes se conducen en el parto de una manera anormal. Con ello expresan una clara censura al hombre de nuestros días. Tomando en cuenta el carácter explosivo del alumbramiento, un psiquiatra afirma encantado de la vida que la rebelión de los nonatos, aparentemente sin causa, es una verdadera Cruzada de los Niños contra las pruebas atómicas. Ante la sonrisa burlona de los ginecólogos, concluye su alegato con ingenuidad flagrante, insinuando la idea de que tal vez no sea este en que vivimos el mejor de los mundos posibles».

-Informe de Liberia

Juan José Arreola.

Parábola vívida.

Parábola vívida.

«—En uno de sus poemas más bellos se concibe a sí mismo como una rémora pequeñita adherida al cuerpo de la gran ballena nocturna, la esposa dormida que lo conduce en su sueño. Esa enorme ballena femenina es más o menos el mundo, del cual el poeta sólo puede cantar un fragmento, un trozo de la dulce piel que lo sustenta.
—Me temo que sus palabras desconcierten a nuestros lectores. Y el señor director, usted sabe…
—En tal caso, dé usted un giro tranquilizador a mis ideas. Diga sencillamente que a todos, a usted y a mí, a los lectores del periódico y al señor director, nos ha tragado la ballena. Que vivimos en sus entrañas, que nos digiere lentamente y que poco a poco nos va arrojando hacia la nada».

-Interview

Juan José Arreola.

Ya lo pasado, pasado.

Ya lo pasado, pasado.

• DESCANSAMOS LOS MARTES •

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Adiós

Se desdibuja el aura, presintiendo la huida.
Se ha de marchar coraje, valiente, impoluto.
El tiempo no cede, avanza, se marcha; como el bajamar se aleja y su olvido sombrío mengua al vacío. Temor no hay, se ha olvidado, constricción al alma que en quebranto marcha sin mirada tenue.
Ya no hay más, aprendió al paso que en un tiempo fue jarana, y otro tiempo fue infortunio.
Más partir se torna ameno, cuando la voz mitiga y no hay respuesta al coro.
De olvidos bien que sabe sin siquiera apetecerlos, se han cruzado al vilo innecesario y putrefacto.
El adiós ocurre y es certero cual Perseo, cuando propuesto va en su cometido.
El adiós se ha dado, gracia de ocurrido que si es tiempo o es premura, ya es sazón.
El adiós presencia y es aquí, y es ahora.

Marco de Mendoza.

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