Vituperio.

Vituperio.

«El director se sentó en la silla del estrado y los demás en los pupitres y el director los miró a todos con los ojos negros y todos lo miraron a él con su cara morena y su camisa azul y su corbata morada. El director dijo que nadie se moría de hambre y que todo el mundo pasaba trabajo y los maestros se enojaron y uno dijo que ponchaba boletos en un camión después de dar dos turnos y otra que trabajaba de noche en una lonchería de Santa María la Redonda y otra que tenía una miscelánea puesta con sus ahorros y sólo había venido por solidaridad. Durán les dijo que iban a perder la antigüedad, las pensiones y de repente hasta los puestos y les pidió que no se expusieran. Todos se levantaron y salieron y Salvador vio que ya eran las seis y media y corrió a la calle, cruzó corriendo entre el tráfico y abordó un camión».

-El costo de la vida

Carlos Fuentes.

Confraternidad.

Confraternidad.

«—Quiero ver a los siete cuervos —contestó la niña sin temor—. Las estrellas me han dicho que vivían aquí.
—Es verdad —respondió el gentil enano—, pero en este momento mis amos han salido. Sin embargo, como no tardarán en volver, si quieres puedes pasar a esperarlos. Es posible que se alegren de verte, pero nunca reciben a nadie.
La niña no se hizo repetir la invitación y entró en el castillo. Cruzó el amplio vestíbulo, y el enano la condujo al comedor, donde se vio frente a una gran mesa puesta para siete cubiertos. Como después de su largo viaje la niña tenía hambre, dijo al enano:
—¿Podría servirme algo de lo que hay sobre la mesa? Estoy muy cansada y tengo hambre y sed.
—Sí —dijo el enano—. Come y bebe si quieres.
Y como la niña no quería privar a ninguno de los siete cuervos de su ración, probó nada más que un bocado de cada plato y bebió un sorbo de cada vaso.
Pero no advirtió que el anillo de bodas de su madre rodó de su dedo y cayó al fondo de uno de los vasos.
De pronto se sintió afuera un aleteo de pájaros y la niña se levantó presurosa.
—Escóndeme —dijo al enano—; no quisiera que tus amos los siete cuervos me vieran todavía.
El enano la hizo ocultar tras una cortina, y poco después se vio entrar por la ventana a los siete cuervos. Se posó cada uno junto a su plato, y comenzaron a comer. De pronto, uno de ellos exclamó:
—Parece como si alguien hubiera comido en mi plato y bebido en mi vaso.
—Pues, ¡y en el mío! —dijo otro—.
—¡Y en el mío, y en el mío! —gritaban todos los cuervos a un tiempo, en medio de un agitado batir de alas—.
Y cuando el último de ellos miró su vaso, advirtió que algo sonaba en el fondo del mismo. Miraron todos, y con gran sorpresa vieron en el vaso el anillo de bodas de su madre.
Primero se quedaron mudos de asombro. Pero en seguida comprendieron que aquello que parecía un milagro no tenía sino una explicación. Y dando grandes aleteos de alegría, comenzaron a gritar alborozados:
—¡Nuestra hermanita ha venido a buscarnos!».

-Los siete cuervos

Jacob y Wilhelm Grimm.

Premura.

Premura.

• DESCANSAMOS LOS MARTES •

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Me urges todo el tiempo
A la mañana cuando todo me hace falta.
Como ese café que aguarda.
Me urges.
Me urges todo el tiempo.
Al mediodía cuando todo es calma,
cuando todo en mi alma te reclama.
Me urges.
Me urges todo el tiempo.
Al atardecer en que en sol se pone,
como anticipando que no estás,
como gritándole al viento: ¡Ven!
Me urges.
Me urges todo el tiempo.
Más allá de cada noche
en que mi piel busca tu rose,
en que mis ojos no te encuentran,
ni mis labios tienen goce.
Me urges.
Me urges todo el tiempo.
Como un sueño anticipado
donde buscarte y encontrarte, me es urgente.

MARCO DE MENDOZA

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Patidifuso.

Patidifuso.

• CITA CON EL SÉPTIMO ARTE •

🎞️ 🎥

LA SOCIEDAD DE LOS POETAS MUERTOS.

1989

«—Les contaré un secreto: no leemos y escribimos poesía porque es bonita. Leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana. Y la raza humana está llena de pasión. La medicina, el derecho, los negocios, la ingeniería, son carreras nobles y necesarias para dignificar la vida humana. Pero la poesía, la belleza, el romance, el amor, son cosas por las cuales vivimos.»

JOHN KEATING
ROBIN WILLIAMS