Suerte gitana

Suerte gitana

• MINIFICCIÓN •

Hoy no

Marco de Mendoza

Extendió su mano para conocer su destino. Había de todo. Obscuridad, deseo, locura. Infiernos por despertar que nadie conocía. La gitana tembló y solo atinó a decir: «Hoy no, Lucifer».

Galería

Etnia Gitana.

«Es imposible imaginar una fusión más absoluta con la naturaleza que la de la etnia gitana».

Franz Liszt

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Mágico Gitano.

Mágico Gitano.

«El gitano había estado sentado negligentemente en uno de los costados del carro, observando cada rostro, hasta que dio un brinco ágil desde el eje con las rodillas un poco entumecidas. Era, aparentemente, un hombre de unos treinta años, y toda una belleza a su manera. Llevaba una especie de chaqueta de cazar de color verde y negro, reforzada en el pecho y que solo le llegaba a las caderas; unos pantalones negros bastante ajustados, botas negras, un sombrero verde oscuro y un pañuelo de seda amarilla y granate alrededor del cuello. Su apariencia era curiosamente elegante, y algo cara para ser un gitano. Era también atractivo, y de barbilla prominente, con el aire viejo y engreído de su raza, y parecía no prestar ya ninguna atención a aquellos extraños, mientras guiaba a su caballo fuera de la carretera, preparándose para hacer recular el carro».

-La Virgen y el gitano

D. H. Lawrence

Dulce Gitana.

Dulce Gitana.

«Su marido se burlaba de Hetty, la llamaba gitana. En realidad era medio gitana, pues su madre lo era, aunque había elegido abandonar a su gente y casarse con un hombre que vivía en una casa. A Fred Pennefather le gustaba su esposa porque era diferente del resto de las mujeres que conocía, y se había casado con ella por eso; pero los hijos temían que su sangre gitana se revelase en algo más grave que los merodeos por las estaciones de ferrocarril. Era una mujer alta, con una lustrosa y abundante cabellera negra, una piel que se bronceaba con facilidad y profundos ojos negros. Vestía colores luminosos, y disfrutaba de los arrebatos de furia y las reconciliaciones repentinas. En sus mejores años, llamaba la atención, era orgullosa y guapa. Todo esto hacía inevitable que la gente de la zona se refiriera a ella como “esa mujer gitana”. Cuando lo oía, contestaba a gritos que no por ello era peor».

-Una anciana y su gato

Doris Lessing

Muñequita Gitana.

Muñequita Gitana.

°CITARTE°

«Yo tengo los ojos marrones y tú los tienes verdes, pero vemos lo mismo.

Lo vemos todo igual pero lo vivimos diferente.

Tu gente es fuerte; la mía es vulnerable, no tenemos ni ciencia ni memoria.

Quizá mejor así. Si las personas gitanas tuviéramos memoria

moríriamos de angustia».

Bronislawa Wajs

OH, SEÑOR, ¿ADÓNDE DEBO IR?

Oh, Señor, ¿adónde debo ir?
¿Qué puedo hacer?
¿Dónde puedo hallar
leyendas y canciones?
No voy hacia el bosque,
ya no encuentro ríos.
!Oh bosque, padre mío,
mi negro padre!
El tiempo de los gitanos errantes
paso ya hace mucho. Pero yo les veo,
son alegres, fuertes y claros como el agua.
La oyes correr
cuando quiere hablar
pero la pobre no tiene palabras…
… el agua no mira atrás.
huye, corre, lejos, allá
donde ya nadie la verá.
Nadie me comprende,
solo el bosque y el río.
Aquello de lo que yo hablo
ha pasado ya, todo,
todas las cosas se han ido…
y aquellos años de juventud…


Actualmente Papusza está considerada como la primera poetisa en lengua romaní en Polonia. Fue reivindicada por las nuevas generaciones gitanas y su poesía, traducida al inglés, francés, alemán y sueco, es tema de investigación por el folclore y la autenticidad.

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