Dilucidar.

Dilucidar.

• MINIFICCIÓN •

Las Hadas.

Adriana Q. de Valadés

Las hadas, son hijas del rocío y de la aurora. Cuando pequeñas, semejan libélulas. Se alimentan de polen y pétalos de rosa; habitan en los bosques, jamás en las ciudades. Puede hallárseles bajo la sombra de los árboles, demasiada luz les puede afectar. Si usted encuentra una, guarde absoluto silencio, no se mueva, contenga la respiración y dispóngase a observar. Si ha pasado usted inadvertido, verá como despliega con todo cuidado sus pequeñas alas, translúcidas, con los colores del arco-iris reflejados en ellas. Fije usted su atención y observará que sus cabellos son hilos finísimos de oro; que su cuerpo es perfecto, armonioso y sus piececitos ágiles. Entonces va a percibir que el ambiente empieza a oler dulzón, embriagador: ha caído usted en la tentación. Ahora la tomará con el índice y el pulgar, se la llevará a la boca y se preparará a deleitarse con uno de los más exquisitos manjares que pueda haber…

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Alucinación Perpetua.

Alucinación Perpetua.

«El cuento de Hadas es el lugar de todas las hipótesis.».

Gianni Rodari.

Hadas

El golpe magistral del narrador de cuentos de hadas
Richard Dadd

Nymph
Pandora Young

Rose Fairy
Sandra Duchiewicz

Sanctuary
Nataša Ilinčić

Fairy Queen
Marie Magny

Mujer Mariposa
Nastya Kamentseva

Ciervo Hembra
Natalie Shau

El Hada Lily
Luis Ricardo Falero

Caer en la tierra.

Caer en la tierra.

«Una sonrisa curiosa asomó a los labios de mi padre. Acariciándome los rebeldes cabellos, quiso saber qué le pediría yo al hada. No tenía por qué ocultárselo. Él era como una casa grande donde yo podía vivir seguro y feliz. Una casa en la que yo podía hablar en voz alta. Se lo dije:
—Le pediré primero que me cuente cuentos todos los días; que pueda llegar tarde a la escuela los días son sol; que se me aparezca mi ángel de la guarda y juegue conmigo y con mis amigos a ‘la roña’; que no le tenga miedo a la oscuridad; que nunca me lleve un robachicos; que conozca yo a una princesa y que un día sea tan alto como tú».

Se solicita un hada,
Edmundo Valadés.

Ya no importa el cuándo.

Ya no importa el cuándo.

«No quiere revisarse nada, quiere sentir que su cuarto tiene por lo menos el eco de su respiración y ve el reloj y sabe lo que su mamá estará haciendo en los otros sitios del muy amplio departamento del piso 20, con sistema de alarmas, de videos, de guardias en la entrada y rondines en las afueras —son para que no te agobien los fans —pero el Hada sabe que es mentira, que es una forma de mantenerla aislada y de no permitir que nadie penetre a ese útero construido en las lomas de las afueras del Distrito Federal —el México que nos merecemos —dijo su madre cuando el vendedor abrió los brazos mostrando el espacio como si mostrara las puertas del paraíso».

Cumpleaños feliz,
Rafael Ramírez Heredia.

Amanita Muscaria.

Amanita Muscaria.

• PLUMA INVITADA •

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La amanita muscaria es la seta más popular, venenosa, aunque utilizada desde la antigüedad por sus efectos alucinógenos.

Una seta de cuento, pero peligrosa.

La amanita muscaria es un hongo conocidísimo que aparece constantemente en infinidad de libros de duendes, gnomos, elfos… y también en las portadas de gran número de guías micológicas. De sombrero rojo-escarlata, moteado con puntos blancos, y de pie blanco, tiene infinidad de nombres: falsa oronja, oropéndola loca, en euskera kuleto falsoa, en catalán reig bord, oriol foll, reig de fageda… Pero vulgarmente se la conoce como ‘matamoscas’. Y es que este hongo atrae a estos insectos y los fulmina con una notable facilidad.

Sus componentes tóxicos (ácido iboténico, muscimol…) actúan sobre el sistema nervioso, pero su acción es variable. Suelen causar vómitos, agitación psicomotriz, síntomas que recuerdan a la borrachera y a veces depresión neurológica.

La amanita muscaria era utilizada hace ya miles de años por numesosas culturas por sus efectos alucinógenos, pero también ‘vigorizantes’, por llamarlos de alguna manera. En Siberia, por ejemplo, se la conoce como muchumor o mukhomor, y remontándose a 6.000 años de antigüedad, su nombre era panx, que deriva de la misma raíz indoeuropea que la palabra para designar ‘embriaguez’, uno de los efectos que puede desencadenar el consumo de esta seta, que en grandes cantidades puede llevar a una persona al coma.

La consumían principalmente los chamanes. Pero repasando la historia de esta seta podemos llegar a los bersekers, una ‘casta’ de guerreros vikingos. Eran temidos ya que entraban en una especie de trance que les hacía ser insensibles al dolor y lanzarse a la lucha hasta sin escudos y con una terrible furia. Algunos estudios apuntan a que estos efectos se debían a la bufotenina, también presente en la amanita muscaria. Los koryaks, pueblo indígena de Kamchatka, en el extremo oriente de Rusia, también los consumían secándolas al sol o en forma de extracto con agua, leche de reno o plantas. Se dice que los sacerdotes hindúes, tomaban un líquido conocido como soma, que no era otra cosa que la orina de un esclavo al que le habían obligado a comerse amanitas muscaria. ¿Para qué? Pues porque todas las sustancias nocivas de la seta se quedaban en los riñones, el hígado, etc., del esclavo y los sacerdotes podían experimentar los efectos alucinógenos de la seta sin asumir riesgos físicos.

La amanita muscaria tiene un llamativo rojo-escarlata sobre la que quedan unas características manchas blancas. Sin embargo, con fuertes lluvias, este color intenso puede descolorarse para presentar una tonalidad anaranjada, e incluso amarillenta, llegando a perder sus motas blancas, de ahí que también se le llame falsa oronja.

Las amanitas muscarias son habituales en los cuentos de hadas.

Esta seta crece en bosques en los que se encuentran determinados árboles: abedules, hayas, el pino negro y los abetos. Eclosiona principalmente en las épocas lluviosas que coinciden con el final de verano, prefiriendo un clima ligeramente más frío que el resto de las setas.

José Luis Ondovilla.