Sexual.

Sexual.

«Desde nuestro lugar no podíamos ver todo lo que ocurría en el salón. Pero en las mesas de nuestro alrededor había siempre una o dos mujeres prendidas a un hombre enteramente vestido. El boleto de entrada daba derecho a que una de las innumerables mujeres que hacían strip-tease en varios lugares del salón se frotaran por algún tiempo en el portador del ticket de entrada. Había un patrón coreográfico en las caricias: la mujer se ponía a gatas, rozaba las nalgas en el pubis del hombre que permanecía sentado en la silla, después bailaba frente a él. Algunas, más rebuscadas, se subían encima del sujeto y le sujetaban la cara en el vértice de los muslos. Después agarraban el ticket de entrada y se retiraban».

-La carne y los huesos

Rubem Fonseca.

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