¡La gente está muy loca!

¡La gente está muy loca!

«—Realmente es una época espantosa si una chica de dieciséis años tiene que pensar en cosas así.
“En mi época”, pensó en añadir irónicamente, “las chicas no pensaban en otra cosa que en cocteles y besuqueos”.
—Tengo diecisiete años —la muchacha alzó la vista y le sonrió otra vez—. Hay una diferencia terrible.
—En mi época —dijo él con exagerado énfasis—, las chicas no pensaban en otra cosa que en cocteles y besuqueos.
—Ahí está en parte el problema —respondió ella con seriedad—. Si la gente se hubiera asustado de verdad, sinceramente, cuando ustedes eran jóvenes, hoy no estarían tan mal las cosas».

El embriagado.

Shirley Jackson.

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En el mundo hay gente bruta y astuta.

En el mundo hay gente bruta y astuta.

«—Estoy pensando lo que será la música de la orquesta para esa pobre mujer —dijo Laura.
—¡Oh, Laura! —Josefina empezó a irritarse seriamente.
—Si vas a suprimir la música cada vez que sucede un accidente, vas a llevar una vida muy triste. Yo lo siento tanto como tú. Comprendo como tú—. Sus ojos se endurecieron y miró a su hermana como la miraba cuando era pequeña y tenían una pelea—. No vas a resucitar a un obrero borrachón con sentimentalismos —dijo blandamente».

Fiesta en el jardín.

Katherine Mansfield.

Hay gente que se ofende por todo…

Hay gente que se ofende por todo…

«A la chica no le parecía nada bien la manera de hablar de su madre: ella tenía nueve años y era una de las mejores alumnas de su grado.
—Yo voy a ir porque estoy invitada —dijo—. Y estoy invitada porque Luciana es mi amiga. Y se acabó.
—Ah, sí, tu amiga —dijo la madre. Hizo una pausa—. Oíme, Rosaura —dijo por fin—, esa no es tu amiga. ¿Sabés lo que sos vos para todos ellos? Sos la hija de la sirvienta, nada más.
Rosaura parpadeó con energía: no iba a llorar.
—Callate —gritó—. Qué vas a saber vos lo que es ser amiga».

La fiesta ajena.

Liliana Heker.