Lo que incauta el desierto.

Lo que incauta el desierto.

«Le lleva unos segundos recuperar el aliento, pulso y plena conciencia de la extensión inabarcable de arena rojiza que lo rodea. Por primera vez, le parece peligrosa. La parálisis del desierto es un disfraz, una fachada tras la que se oculta un entramado prehistórico de túneles sobrepoblados de alimañas, piensa. Se enjuga el sudor con la manga de la camisa y recuerda que en Nueva York es invierno; más bien, recuerda haber leído en la carta de L. C. que en Nueva York es invierno. Desde que se mudaron, apenas registra el paso del tiempo».

Famous blue raincot, Aixa de la Cruz.


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Entramado

Entramado

«Las pesadillas volvieron después que ingresé al Departamento Secreto y comencé a tener temor de mis amigos y a alejarme de personas que pudieran perjudicar mi carrera. La soledad y el exceso de trabajo y las pesadillas y las preocupaciones por los casos no resueltos. Todo eso y las pesadillas. De noche despierto sudado, con el corazón golpeándome en la boca. Así, simplemente, el corazón que se sale y la mente que ordena que no, que no se salga, que a qué se le tiene miedo, y la mano que busca el botoncito de la luz y la pared vacía y fría que no responde a la mano y la mujer que despierta de mal humor y entonces me mira atravesado y que aunque no lo dice lo pregunta: “¿Tienes miedo?” Y mi mirada que se cruza con la suya y me hago el gallo y le contesto con los ojos que nunca he tenido miedo, que yo soy un macho, pero los sudores y el corazón saliéndose por la boca me traicionan».

-El sonámbulo

Bonaparte Gautreaux Piñeyro