Mezcla de Tinieblas.

Mezcla de Tinieblas.

«El diario de Fortunato tenía la última entrada hacía como cuatro meses, describiendo algunos datos de una gárgola importada en 1890 de París, Francia, a Heredia, Costa Rica. Había sido tallada por la familia Boissan, que eran maestros canteros. Luego seguía describiendo detalles sin importancia. En el libro de historia de las gárgolas, encontró una leyenda extraordinaria, que se había extendido en la Europa Medieval, alimentada por el pensamiento fantasioso y pagano de la plebe. Le conferían a las gárgolas poderes místicos, sobrehumanos, donde estas figuras podían transformar o transmutar todo ser vivo, animal o humano, absorbiendo su energía vital y así preservarse en el tiempo. Era como una alquimia mental y espiritual, donde la conciencia atrapada en la gárgola, penetraba el nuevo cuerpo perpetuándose ya no en piedra, sino: ¡En un ser de carne y hueso! , ¡En materia viviente! Lo impresionó la vehemencia con que defendían estas extrañas y exóticas creencias, en esos seres fabulosos, fuera de toda lógica».

La gárgola, Gustavo Vinocour.

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Arrinconar.

Arrinconar.

• MINIFICCIÓN •

Éxtasis.

Antonio Lorenzo Moterrubio

–¡No, no, no!–, gritaba la criatura, acorralada en una esquina del coro de la iglesia.
–¡Vade Retro! ¡Demonio Maldito! –respondía el hechicero, al mismo tiempo que trazaba unas líneas en el aire, confinando al demonio en uno de los tubos del órgano del coro, cual prisión de metal. A partir de entonces, se hizo público que no se debería accionar jamás la techa del tubo correspondiente, so pena de liberar nuevamente al Diablo, provocando plagas y terrores bíblicos.
Así transcurrió largo tiempo, hasta que un organista, arrebatado por una magnífica inspiración, en la cima de un pasaje in crescendo, se olvidó de la antigua prohibición; el Demonio, vibrando extasiado por la música, decidió continuar para siempre en su celda, permaneciendo eternamente en el sublime estado en el que se encontraba.
El Preludio Coral ‘Desciende tú ahora, Jesús, del cielo’, (‘Kommst du nun, Jesu, von Himmel’) BWV 650, de Johann Sebastian Bach, fue, así, compuesto.