Nadie se ve si no lo han visto.

Nadie se ve si no lo han visto.

«Como no pueden otra cosa y se pasan la vida escuchando lo que ocurre en el mundo exterior, los escorpiones se dan entre sí los más diversos nombres: amor mío, maldito seas, te quiero con toda el alma, por qué llegaste tan tarde, estoy muy sola, cuándo terminará esta vida, déjame, no sabría decirte si te quiero. Palabras que oyen desde el fondo de los ladrillos, desde la podredumbre seca y violenta, entre las vigas de algún hotelucho, o desde los fríos tubos de hierro de un excusado oloroso a creolina. Porque ellos, repetimos, no saben que se llaman escorpiones o alacranes. No lo saben. Y así, sin saberlo, se sienten requeridos por alguien en las tinieblas, entre besos húmedos o pobres centavos que suenan sobre una mesa desnuda, y salen entonces para ser muertos y para que se hable de ellos en los lavaderos donde las mujeres reprenden a los niños, y los niños de pecho devoran a sus madres apenas sin sentirlo».

El sino de los escorpiones,
José Revueltas.

Escorpiones I

Escorpiones I

«Entre convulsiones, Oigres se levantó. Ya no parecía el mismo, sus ojos se habían enrojecido y su piel palidecía en tonos grisáceos. Jadeaba. Su cuerpo se había transformado para siempre y ya no dominaba su mente. Una enorme cola de alacrán le surgió de la espalda y para cuando el Rey Dios quiso reaccionar, el aguijón le había atravesado el peto de la armadura y el veneno circulaba por todo su cuerpo. El cuerpo y la armadura se desplomaron soltando a la mujer.

—Soy la reina de los escorpiones —le susurró acercándose a su oído—. Tú destruiste mi pueblo, destruiste una raza, y yo he creado una nueva para ti —fueron las últimas palabras de venganza que oyó antes de morir».

La reina de los escorpiones,
Sergio García.

Hechos fortuitos generan teorías erróneas.

Hechos fortuitos generan teorías erróneas.

«Me armé de valor, fingí no advertir el escorpión que aún se debatía en mi plato, lo comí distraídamente junto con el huevo y hasta pasé la corteza de un pan para no dejar ni una pizca de huevo y escorpión. No resultó tan repugnante como temía. Un poquito ácido tal vez, pero esta sensación puede deberse a que aún yo no tenía el paladar acostumbrado a la ingestión de escorpiones. Con el último bocado, sonreí, satisfecho. Después pensé que la quitina del escorpión, más dura de lo que yo hubiera deseado, podría caerme indigesta, y con delicadeza, para no ofender al resto de los escorpiones, bebí un vaso de sal de frutas».

Para defenderse de los escorpiones,
Fernando Sorrentino.

Selkis.

Selkis.

• PLUMA INVITADA •

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A veces se la identifica con Seshat o con Isis. Originaria del Delta, también recibió culto en el Alto Egipto, en Edfú y Per Serket (el-Dakka).

La Diosa Escorpión.

Diosa antigua de los escorpiones y la magia. Simbolizaba el calor abrasador del sol. Su papel era fundamentalmente benéfico ya que protegía de las picaduras venenosas de escorpiones y serpientes. Se la llamaba «La que facilita la respiración en la garganta», ya que la picadura de este animal produce ahogo; también se la relacionaba con la que posibilita la respiración del recién nacido y del difunto en su renacimiento. En los textos funerarios es la madre del difunto, al que amamanta.

Sus sacerdotes eran verdaderos médicos y magos, dedicados a la curación de picaduras de animales venenosos. Era la protectora del vaso canopo que representaba a Kebehsenuf, y del sarcófago del faraón, juntamente con Isis, Neftis y Neith, llamadas las «cuatro plañideras divinas» y representadas como cuatro escorpiones. Se preocupaba de que la serpiente Apofis no saliera del inframundo. También era diosa de la unión conyugal.

Es hija de Ra, aunque algunas leyendas locales de Edfú la presentan como madre de Horajti, o como esposa de Horus. En los Textos de las Pirámides tiene como hijo a Nehebkau Se la representa con cabeza femenina y cuerpo de escorpión; sobre la cabeza llevaba unos cuernos con el sol; o también como mujer con un escorpión en la cabeza. En la Dinastía XXI puede aparecer con cabeza de leona, cuya nuca es protegida por un cocodrilo. Su fiesta se celebraba el día 7 del mes de Joiak.

Rosa Thode.