
«Entonces recordé, mientras mamá iniciaba las oraciones, que hace algunos años el padre Maldonado había dicho que por la noche iba a comenzar una oscuridad de varios días y que lo único que se debía comprar eran muchas velas y cirios benditos, que sería lo único que daría luz, “no valdrán de nada los bombillos ni luz alguna que venga de la mano del hombre”, Recordé que yo también me había escondido en las faldas de mamá, llorando todo el día. Los hermanos menores —que eran cuatro— lloraban conmigo. “¡Cállense, mocosos, que nada les va a pasar!”, dijo entonces papá. Pero no podíamos entender nada: solo sabíamos que en la noche algo muy terrible pasaría y nos imaginábamos, bueno, por lo menos yo me imaginaba en la oscuridad, oyendo voces de fantasmas, sintiendo manos que me agarraban, lejos de papá, mamá y de todo el mundo, un fantasma encerrado en un cuarto o en el cielo raso».
-El eclipse
Óscar Collazos.