
«El juego se llevó a cabo en el llano que está hacia la orilla sur, por el rumbo del panteón. Siempre: se utilizaba una bola porque era la costumbre, o mas bien, para evitar despilfarro. Poca gente se dio cita: unos ocho sombrerudos que llevaban lonche y soda. Estos: sentáronse en unas piedras. Ni siquiera vendedores ambulantes por ahí».
Cualquier altibajo.
Daniel Sada.