La suerte lo mimaba.

La suerte lo mimaba.

«Fue el primogénito de la familia, el primer nieto. Un niño consentido al que todos en casa le decían El Nene. Querido y mimado por todos los parientes hasta que cumplió los 15 años, su abuela falleció y dejó de sentirse vivo, dejó de emocionarse por las cosas. Empezó a distanciarse. A ser un adolescente rebelde. A querer irse lejos, vivir en otro lado. Por fortuna consiguió estudiar fuera y gozar de las libertades que estar solo representa, y a partir de ahí, como suele suceder en las familias, empezaron los conflictos con la dinastía paterna, las tías chismosas. El dinero no siempre caía completo en sus manos».

El Nene del oficio.

Luis Romani.

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