• MINIFICCIÓN •
MADRASTRA EN LA VENTANA
LORENA ESCUDERO
De nada han servido estos años de educarla en el valor del trabajo en lugar de la frivolidad, de confiar más en su juicio que en el de mis propias hijas mentecatas, de servirle de moderno ejemplo de mujer capaz, desenvuelta patrona sin consorte. De nada han servido: allá va la tonta de Cenicienta al baile (se cree que no la veo), a entregarle su engrilletada sumisión al principe que le ofrezca el primer baile.