• MINIFICCIÓN •
Una consorte sumamente flexible.
Alfonso Pedraza
Se ahogaba de pasión entre los muslos de ella. La disfrutaba, más, sus nalgas, las que siempre asía al sorber su perfumada entrepierna, habían perdido firmeza. También su pene, esperando una enérgica succión que no llegaba, perdía brío poco a poco.
—No es que no te valore, te adoro, mas, tendré que cambiarte. Buscaré una de esas japonesas que ahora vienen con pelo natural, piel tibia y vagina vibratoria.