D'León-Serratos.

D'León-Serratos.

«La puerta de tela se abrió para dar cabida a una prostituta de cabello enmarañado. Sus labios inyectados en colágeno y la estrechez de su vestido que apenas la contenía completaban la grotesca imagen. Valentina sintió repulsión cuando la vio rascarse vorazmente la vulva por debajo de la ropa. No quiso imaginar que clase de alimaña vivía ahí».

Refriega que derruye mis entrañas.

Jesús D’León-Serratos.

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