• MINIFICCIÓN •
La velocidad de lo efímero.
Rosa Delia Guerrero
Sólo era cuestión de tiempo, su vida se había convertido en un caos vertiginoso, atrapado en lo cotidiano. Un día Hong Kong, otro Nueva York y luego, quizá París. Envuelto en la soledad de los días escurridos de prisa sobre las manecillas del reloj. Todo ocurría a tal velocidad que parecía no suceder. Vivía en una ficción, tejida en forma de laberinto, sin imaginarlo lo atrapó por siempre.
Una mañana, o ¿era el atardecer?, subió a un tren. Sentado en la quietud de un compartimiento vacío, viajaba a gran velocidad. Nunca se detuvo a mirar el sol.
La muerte apareció puntual a la cita, ataviada con un vestido de seda negro, lo sedujo poco a poco.
Él la confundió con la rutina y la abrazó.