
«Al cabo de un momento, el camarero se acercó al hombre, y la muchacha, con voz clara y audible por encima del suave vals que estaba tocando la orquesta, dijo a este:
—No bebas más, Joey. Vayamos a cualquier sitio a comer algo.
El hombre murmuró algo al camarero sin hacer caso de la mano de la chica, que lo asía por el brazo. Se volvió hacia el muñeco, le susurró algo y el rostro de madera, con una ancha sonrisa, miró a la chica y de nuevo al hombre. La muchacha se echó hacia atrás en la silla y su mirada buscó con el rabillo del ojo a la propietaria del restaurante».
El muñeco. Shirley Jackson.
Recordé mi niñez de manera increíble como muy espontáneo con esta imagen
Aunque por momentos me daba temor era muy raro verlo hablar siendo muy pequeña yo
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Las cosas que nos provocan temor, ¿cuántas nos acompañan a la vida adulta?
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Uy muchas, casi todos los miedos que no controlamos nos persiguen a lo largo de nuestra vida.
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