
«Busbuskalai apareció en el fregadero. Ya empiezan los problemas. Otra vez se prepara para estropearme el día. Empieza temprano, durante el desayuno. Será tan descarado que ni siquiera esperará a que los niños se vayan al colegio. ¡Que se enteren del tipo de padre que tienen! Decido ponerle freno a toda la mierda que pueda pasar; me levanto bruscamente de la mesa, salto sobre el fregadero y le doy un puñetazo en la cara. Los platos vuelan en todas direcciones y Busbuskalai queda aturdido entre los escombros. Espero a ver si ahora me deja en paz».
Pequeño duende casero.
Senko Karuza.