
«El papel de víctima te quedaba bien cuando tenías dieciocho años, no ahora que vas a cumplir cuarenta. A esa edad los traumas ya hicieron costra. Y además es muy temprano para que me acuses de haberte desgraciado la vida. Eso anima la conversación a las dos de la mañana, pero suena muy falso cuando ni siquiera te has tomado tu primera cuba».
La última visita.
Enrique Serna.