
«El payaso levantó sus manos, sus secuaces salieron de atrás del camión, ellos traían cajas, las colocaron frente al nosotros, disfraces de payasos para todos, tomé uno y me lo coloqué. Debía hacer lo que sea para darles un futuro a mis hijos, algo me decía que esta era de decisión correcta, seguir a un loco para solucionar un problema imposible».
Héroe inesperado.
Sebastián Iturralde.