Todo es distante en el Desierto.

Todo es distante en el Desierto.

«Sólo queda en mención un cuadro a la deriva, en realidad el seco resultado lastimero que desdice papeles: una pastelería de desperdicios y un mezcla de hedores agridulces que el aire del desierto arrastraba despacio removiendo también algunas trizas. Un vaho de pestilencia como fruto mendaz de lo que no sería sino ilusión y tregua todavía por cumplirse. Pero ni un alma aquí ni en perspectiva dentro del panorama desgraciado, solamente de hinojos y casi en engarruñe estaba Juan Ruperto llorando inconsolable como un niño que ha recibido golpes sin piedad de un padre gordinflón: de brazos chuletones… Quienes lo vieron hecho un estropicio, desde alguna ventana o varias: lejos, ahora andan diciendo que nunca antes en Charcos de Risa habían visto a un fulano llorar tanto: Fue un llanto muy ruidoso y duradero, aunque es puro decir, porque el día que siguió más bien fue casi nulo: la gente durmió en grande, o sea: ¡a la fregada todos los trabajos!
Por lo demás, ¡caray!, el mundo continuaba… ¿O renacía tal vez?
Mera casualidad o mero pasatiempo».

La averiguata, Daniel Sada.


RECOMENDACIÓN DEL BLOG