
«Le pregunté por lo que había sucedido a un niño que pasaba por ahí. Me dijo que nadie lo quiso. Descubrí que eran varias crías que de noche aullaban mucho. Los vecinos decidieron arrojarlos a todos. Recuérdenme que algún día pinte la escena que vi».
Soplo de luz.
Luriel Lavista.