Sólo Dios sabe lo que urge.

Sólo Dios sabe lo que urge.

«El nacimiento de una muñeca era siempre motivo de regocijo sagrado, lo cual explicaba el que jamás se les hubiera ocurrido vender una de ellas, ni siquiera cuando las niñas eran ya grandes y la familia comenzaba a pasar necesidad».

La muñeca menor.

Rosario Ferré.

Anuncio publicitario