El @#$&+ oído occidental.

El @#$&+ oído occidental.

«—¿Está viva?
Blackett se rio.
—Mi querido Hamilton, por supuesto que no ¿Cómo podría estarlo?
—Entonces ¿de dónde recibe los nuevos materiales? ¿Del suelo?
—Del aire, aunque aún no lo sé, por supuesto, pero me imagino que sintetiza rápidamente una forma alotrópica de óxido ferroso. En otras palabras, un reordenamiento puramente físico de los elementos del óxido. —Blackett se acarició el espeso bigote cortado a cepillo y contempló la estatua con una expresión de ensueño—. Musicalmente es bastante curiosa, un horroroso compendio de casi todas las malas notas jamás compuestas. La estatua debe de haber sufrido un grave trauma sónico en algún lugar. Se porta como si hubiera estado durante una semana en un patio de maniobras del ferrocarril».

Venus sonríe,
James Graham Ballard.

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Crimen gourmet.

Crimen gourmet.

«No morían pronto. Su agonía se prolongaba interminablemente. Yo pasaba todo ese tiempo encerrado en mi cuarto con la almohada sobre la cabeza, pero aún así los oía. Cuando despertaba a media noche, volvía a escucharlos. Nunca supe si estaban vivos o si sus gritos se habían quedado dentro de mí, en mi cabeza, en mis oídos, fuera y dentro, martillando, desgarrando todo mi ser.
A veces veía cientos de pequeños ojos pegados al cristal goteante de las ventanas. Cientos de ojos redondos y negros. Ojos brillantes, húmedos de llanto, que imploraban misericordia. Pero no había misericordia en aquella casa. Nadie se conmovía ante aquella crueldad. Sus ojos y sus gritos me seguían, y me siguen aún, a todas partes».

-Alta cocina

Amparo Dávila.

Hirsuto.

Hirsuto.

«—Mi enanito se está haciendo el desobediente —gritó la infanta—. ¡Levántenlo y díganle que baile!
Los caballeros sonrieron entre sí y entraron sin prisa. Al llegar junto al enanito, don Pedro se inclinó y lo golpeó suavemente en la mejilla con su guante bordado.
—Baila ya, petite montre —dijo—. La infanta de España y de todas las Indias quiere que la diviertas.
Pero el enano permaneció inmóvil.
—Habrá que hacer venir al verdugo —dijo enojado don Pedro.
Pero el chambelán, que miraba la escena con rostro grave, se arrodilló junto al enanito y le puso la mano sobre el corazón. Después de un momento se encogió de hombros y levantándose, hizo una profunda reverencia a la infanta diciendo:
—Mi bella princesa, tu enanito no volverá a bailar. Y es lamentable, porque es tan feo, que con seguridad habría hecho reír al propio rey.
—¿Y por qué no volverá a bailar? —Preguntó la infanta con un aire de decepción.
—Porque su corazón se ha roto —Contestó el chambelán.
Y la infanta frunció el ceño, y sus finos labios se contrajeron en un delicioso gesto de fastidio.
—De ahora en adelante —exclamó echando a correr al jardín—, procura que los que vengan a jugar conmigo no tengan corazón».

-El cumpleaños de la infanta

Oscar Wilde.

Minientrada

Cosmovisión.

• DESCANSAMOS LOS MARTES •

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Árbol Adentro

Escultura: Árbol adentro de José Fors.
Fotografía: Marco Mendoza, colección privada 2019
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🌳

***

Creció en mi frente un árbol.
Creció hacia dentro.
Sus raíces son venas,
nervios sus ramas,
sus confusos follajes pensamientos.
Tus miradas lo encienden
y sus frutos de sombras
son naranjas de sangre,
son granadas de lumbre.
Amanece
en la noche del cuerpo.
Allá adentro, en mi frente,
el árbol habla.
Acércate, ¿lo oyes?

-Árbol adentro-

Octavio Paz.

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