
«La luz de esa mirada dichosa en los ojos de Shirley perturbaba su mente como si hubiese visto directamente un foco encendido. Apenas recalaba en un instante de relajo, cuando nadie le solicitaba nada ni tenía nada que guardar o sacar de los archivos, se sorprendía pensando en ella, y hasta sentía que la había conocido realmente. Peor aún, sentía como si empezara a enamorarse de ella. Le había ocurrido antes, pero con personas vivas, obviamente».
El retrato.
Dante Bobadilla.