«Eros ha sacudido mis entrañas / como un viento abatiéndose en el / monte / sobre las encinas.».
La violencia de Eros, Safo.
Erotismo

Ileana Rivera

Alberto Pancorbo

Carolina Rodríguez Fuenmayor

Kris Breus

Alberto Pancorbo
¹Vox Populi.
«Eros ha sacudido mis entrañas / como un viento abatiéndose en el / monte / sobre las encinas.».
La violencia de Eros, Safo.
¹Vox Populi.
«También le daba por asumir formas proteicas: pez, chupamirto, lobo, araña. Yo lo amaba en cada una de sus facetas y lo esperaba después de cada cambio. Mientras tanto, me derramaba en otros continentes, pero en cada travesía siempre lo buscaba a él. Me maravillaban sus artes metamórficas, su capacidad líquida para escurrirse entre las manos. Por supuesto, deseaba apresarlo, proclamar que ese hombre múltiple era sólo mío».
Boceto para después del Paraíso.
Ana Clavel.
¹Julio Cortázar.
«A esa mujer que me acompañaba hasta el trabajo todos los días en el autobús le importaba poco si a mí me parecía denigrante que su amante decidiera sacar la polla en el último momento y se le antojara correrse sobre su rostro, desfigurado por el deseo. A ella podía gustarle sentirse marcada, excitada al notar el abandono de su macho en ese sublime instante, en el que sólo estaban ellos y sus vicios».
Confesar un fetiche: Infidelidad.
Magela Gracia.
¹Aldous Huxley.
«No llevaba ropajes, ni coronas, ni guirnaldas, arropada y coronada únicamente por el crepúsculo solar, tan hermosa como los sueños de un mortal, pero mucho más hermosa que todos los sueños. La diosa aguardaba, sonriente y tranquila, símbolo de la vida y de la muerte, de la desesperación y de la pasión, ensueño de carne y hueso para dioses y poetas y galaxias jamás conocidas. Pero también reflejaba el asombro del amor, de algo mucho más que el amor, y cuyo sentido no podía entender el poeta».
La marcha de Afrodita.
Clarck Ashton Smith.
¹Anaïs Nin.