
«Marcial comprueba que todavía está lejos del anaquel que busca. El gerente le había dicho: se trata de un expediente muy viejo. Una ejecución hipotecaria. Unos muertos de hambre y el comentario a Marcial le dolió porque sus padres venían de perder una casa a manos de un banco. Pero el gerente también había dicho Dale, movete, qué esperás».
Archivo.
Enrique Decarli.